lunes, 3 de mayo de 2021


                                                                   A guardia Cambiada






En muchas ocasiones los libros, como los magos en la Tierra Media, no llegan ni pronto ni tarde, llegan exactamente cuando tienen que llegar. Otras, en cambio,  nos llegan a destiempo y no podemos o no es el momento ya de apreciarlos. Por último están los libros que jamás nos llegarán y que nos atrevemos a pensar y decir que nunca deberían haber sido editados.

Hoy, evidentemente, voy a hablaros de uno de esos libros que me han llegado en el momento justo. Es más, si me animo a romper meses de silencio en mi blog hablando de él, es porque pienso que es un libro que llega en el momento para la mayoría de nosotros y de nosotras.

En ésta ocasión, Antonio Tejerina, quién ya publicó “Sobrevivir a una mutación” en 2007 y en 2014 una novela gamberra y refrescante titulada “Melodías para morir o matar” (quizá la primera novela española que incluía un código QR para disfrutar de la banda sonora de la misma mientras se avanzaba en la trama) nos trae un nuevo trabajo con el nombre de “A guardia cambiada”.

A mitad de camino entre un cuento largo o una novela corta, me atrevería a aventurar que con alma de guión o libreto teatral, es una obra tan breve como intensa.

La historia es un banco de tres patas, ambientado en el Madrid de nuestros días, en que la vida y el azar hacen coincidir a tres náufragos en momentos diferentes pero igual de necesitados de algo más que una brújula que les ayude a seguir el rumbo.

Un relato que nos muestra como desde las ruinas de las expectativas fallidas y las derrotas vitales también se puede construir un mañana; que el neón, las grandes promesas de éxito y el glamour son más una trampa atrapa moscas que una posibilidad de futuro para la mayoría y que la historia, con mayúsculas, siempre deja fuera de sus páginas a quienes se salen del camino o descarrilan.

Pero también, esta es la grandeza de estas apenas ochenta y ocho páginas que, más allá de los escaparates, los olvidados por los escribas siempre tienen la posibilidad de vivir y de construir su propio mundo y su propia vida. Qué no encajar en los proyectos de autopista de cuatro carriles de éste mundo adicto a la velocidad y las gasolineras franquicia no significa que no podamos recorrer el mundo por carreteras secundarias y destartaladas. Lugares de encuentro con gentes que, con una dosis de vista y otra de buena voluntad, nos complementen para construir un mundo a la medida de nuestras necesidades. Y ser, en la medida de lo posible, libres.

Solo os comento, porque odio los spoilers y es difícil no hacerlos cuando se reseña un trabajo tan concreto y medido, que esta obra que nos trae el sello Malandreams Ediciones cayó en mis manos a principios de año y ya me la he leído dos veces. La primera de forma rápida e inmisericorde. La segunda, después de haber estado rumiando el relato durante un mes, por pura necesidad de volver a él, como no me ocurría con un libro desde hace mucho tiempo.

Una bocanada de aire sin mascarilla en tiempos de asfixia. No puedo decir más.