De Jabalíes,
héroes y mitos
Según la mitología de la Grecia antigua, Heracles, en
una de sus doce pruebas debe dar caza al Jabalí de Erimanto, una
terrible bestia que destroza cuanto sembrado y obra encuentra,
aterroriza la región en la que vive y no duda en devorar a los
hombres que se le cruzan en el camino, hasta que el héroe clásico
le captura vivo y, sobre sus espaldas, lo lleva a la ciudad de
Micenas.
Según otra mitología, más reciente, la Segunda
República española habría sido un sistema parlamentario en la que
hombres justos y muy preparados quisieron cambiar las cosas de forma
democrática, y, que lo hubiesen conseguido, si unos militares
golpistas, a sueldo de la Iglesia y los terratenientes, no les
hubiesen traicionado.
Más allá del indiscutible hecho de que el golpe
militar y la derrota del bando popular nos hayan traído hasta esta
España desmovilizada, conservadora y más desigual que nunca. De
cuarenta años de dictadura y otros cuarenta de periodicos cerrados,
partidos ilegalizados, condenas por twits, fosas de cal entre
desahucios, reformas laborales y mujeres asesinadas, bajo la tutela
de la misma Iglesia que bendijo las bombas y de las mismas familias
que las pagaron, el hecho es que aquella “república de
trabajadores”, de tal, solo tuvo el nombre.
En su último libro, titulado “Eduardo Barriobero, las
luchas de un Jabalí”, José Luis Carretero se atreve a hurgar más
allá de la postal en blanco y negro de la mitología oficial de la
izquierda para, a través de un hombre de carne y hueso, y un relato
a ratos novelado pero siempre riguroso, mostrarnos otro punto de
vista de ese periodo de esperanza, decepciones y plomo que fueron los
años treinta en España.
Barriobero, diputado, marido, abogado,crápula,burgués,
revolucionario, novelista, federal, masón e irreverente fue
perseguido por sus iguales contemporáneos (aquellos que han pasado a
la historia como próceres de la libertad mientras reprimían a los
obreros y se resistían a dejar votar a las mujeres) por traidor a su
clase. Odiado por dedicarse en cuerpo y alma a la defensa de los más
desfavorecidos, a darles voz en el parlamento, protección en los
tribunales y alma en las novelas. Un Jabalí, entre otros, que se
dedicó a perturbar las conciencias y las sesiones parlamentarias de
quienes creían que bastaban sus comentarios sagaces de casino para
cambiar una estructura social basada en siglos de explotación y
brutalidad. Héroes de opereta que llegado su momento solo supieron
ser pusilánimes con el poder y soberbios hacia quienes les votaron.
El trabajo que nos ofrece Carretero es una obra
divulgativa y accesible que, página a página, va mostrándonos
lugares y aspectos de la cultura popular, la sociedad española, las
organizaciones obreras y la vida parlamentaria de un modo muy
diferente a como los historiadores suelen hacerlo.
Una herramienta útil, en estos tiempos que vivimos, en
que no solo se idealizan las derrotas sufridas si no que al abordar,
por enésima vez, y sin perspectiva crítica, la opción
parlamentaria como motor de cambio social lo que estamos haciendo no
es más que trabajar para construir las derrotas del futuro en un
momento clave de la historia de España, de Europa y del mundo. Una
herramienta que nos muestra que incluso aceptando como un mal menor
la existencia de “tribunos populares” estos no solo deben estar
la servicio del pueblo si no formando parte de el. Que deben de ante
poner la ética a la estética y las necesidades colectivas a sus
egos e intereses personales.
Lectura muy amena e interesante. Recomendable para todas
aquellas personas interesadas en aquel periodo de la historia y en
hacer algo,constructivo socialmente, en el momento que estamos
viviendo. No se la pierdan.
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